Cómo hablar puede salvar vidas: una charla en el Cabildo de Lanzarote

Última hora de la mañana.
Casi 200 adolescentes de primero de la ESO.
Un auditorio lleno.
Y yo, al frente, con una presentación sobre Comunicación NoViolenta.

Si esto fuera una película, aquí sonaría un redoble de tambores.
Pero no: sonó el zumbido de las tripas colectivas esperando el almuerzo. 😅

Así empezó mi charla “Hablar para vivir: escuchar y expresarse desde dentro”, dentro de las Jornadas sobre la prevención de la conducta suicida, organizadas por Diego Ruiz de Equipo Europa, con el apoyo de El Cribo Salud Mental y el Cabildo de Lanzarote. También participaron el psiquiatra y psicoterapeuta Eduardo Vera Barrios, Marta Ceñal Pérez de la Asociación Gamas y el psicopedagogo Rubén Morillas Ventura.

Lo que se vivió en las jornadas

Las jornadas fueron un verdadero viaje de aprendizaje y sensibilidad. Las intervenciones del doctor Eduardo Vera y de Marta Ceñal crearon espacios de una profundidad enorme. Vi cómo los adolescentes se emocionaron con sus palabras y se atrevieron a compartir experiencias personales difíciles. Fue un recordatorio de lo mucho que los jóvenes necesitan lugares donde se pueda hablar del dolor sin miedo.

No pude asistir a la charla de Rubén Morillas, dirigida a orientadores, pero me hablaron muy bien de su intervención.

Y, por supuesto, la organización de Diego Ruiz merece un capítulo aparte: coordinar un evento así, con tantos ponentes, alumnos y ajustes de última hora, fue una tarea titánica. Y él lo hizo con una mezcla de ligereza y espontaneidad que contagió a todos. Incluso cuando el ordenador se rebeló durante la presentación de Marta, Diego intervino con naturalidad y humor, manteniendo al público conectado.

Hablar para vivir

Mi intervención, titulada “Hablar para vivir: escuchar y expresarse desde dentro”, cerró el primer día de las jornadas ante casi 200 alumnos de 12 - 13 años.

Sí, última de aquella mañana. Traducido: muchos adolescentes agotados y con hambre, otros inquietos y al mismo tiempo valientes luchando contra el sueño. 😅

En la charla quise mostrar que la Comunicación NoViolenta (CNV) es una manera de cuidar de uno mismo y de los demás.

Para romper el hielo, lancé dos preguntas:

“Levanta la mano si alguna vez quisiste decir algo, pero no supiste cómo hacerlo sin que sonara mal.”

Y casi medio auditorio levantó la mano.

“¿Y quién ha dicho algo y el otro se enfadó, aunque no era tu intención?”

Ahí se oyeron risas y murmullos de complicidad. Ese fue nuestro punto de partida.

Entre momentos de ruido y curiosidad les conté quién fue Marshall Rosenberg, el psicólogo y el creador de la CNV que viajaba por el mundo con una jirafa de peluche 🦒 para enseñar que, detrás de cada palabra dura, suele haber una necesidad no atendida.

Hablamos de la diferencia entre sentimientos reales (como tristeza, miedo, alegría, frustración) y falsos-sentimientos (esas frases que parecen emociones pero esconden juicios o interpretaciones, como “me siento ignorado” o “me siento ofendida”).

También exploramos cómo descubrir las necesidades que están detrás de lo que sentimos o pensamos, y cómo esta simple práctica puede ayudarnos a salir de un pozo emocional.

Quizás no todos los chicos recordarán mis palabras, pero confío en que alguno recordará la idea: que comunicar también puede ser una forma de cuidar.

Un cierre con llave de oro

El segundo día de las jornadas contó con la intervención del doctor Luis Gutiérrez Rojas, psiquiatra y divulgador, que consiguió algo difícil: hablar del suicidio y la salud mental con humor y profundidad a la vez.

Su charla fue un cierre brillante, de esos que dejan el corazón más liviano.

Al finalizar, Marciano Acuña, Consejero de Bienestar Social del Cabildo de Lanzarote, le preguntó a Luis qué políticas consideraba más adecuadas para mejorar la salud mental de los adolescentes y prevenir el suicidio juvenil. Y la respuesta de Luis fue clara:

“Lo más importante es llevar este tipo de iniciativas a los colegios, hablar con los padres y con los profesores, enseñar la importancia de mantener un diálogo abierto con los adolescentes.”

Escucharlo fue emocionante, porque eso es exactamente lo que hacemos desde La Calma Educa: Creamos espacios donde familias, docentes y jóvenes pueden aprender a escucharse sin miedo, con empatía y conexión real.

💛 Gratitud, esperanza y muchas ganas de seguir

Para mí fue una experiencia preciosa y también un pequeño hito personal: fue la primera vez que hablé sobre Comunicación NoViolenta aplicada a la prevención del suicidio, y la primera vez que compartí este tema con un público tan joven.

Hubo ruido, risas, distracciones y momentos preciosos de atención.

Me fui del Cabildo con el corazón lleno de esperanza y con la sensación de que estos espacios son el camino: hablar, escuchar, conectar.

Gracias de corazón por la oportunidad, la confianza y la humanidad con la que se hizo posible este encuentro.

Contad conmigo para seguir sumando. Porque hablar y escuchar, cuando se hace desde dentro, puede cambiar, y a veces salvar, vidas. 🌿